Atesorando nace desde un sin fin de materiales heredados por mi abuela; máquina de coser, botones, cintas de raso de todos colores, hilos en bobinas y en cartoncitos doblados, telas de diversas texturas, palillos, agujas de todo tipo, moldes, entre otros… pero lo que más me maravilló fue que aún tenían el aroma del recuerdo cuando aprendí a coser con ella. Desde ese momento sentí la necesidad de recuperar parte de la pérdida física que tenía de ella y decidí retomar todo lo que me había enseñado en su taller, que justamente estaba al lado de mi dormitorio cuando vivíamos juntas. 

 

Es por ello que tanto sus materiales como su recuerdo los sentí como el gran tesoro y poco a poco fui atesorando cada elemento, hasta dar con creaciones que de seguro ella me fue guiando desde donde quiera que esté.

 
El primer colet fue llamado “tesoritos” porque a partir de un colet de uso totalmente cotidiano, agregué un colgante lleno de pequeños tesoros, cuentas, dijes, separadores, pompones, borlas y mostacillas fueron intencionados con amor y energía muy especial. 

 

Desde ahí en adelante, hemos ido creciendo, aprendiendo, valorando el trabajo hecho a mano, tomando esto como una terapia que fortalece la mente y las ganas de sentirte siempre creativa… 

 

Además, el hecho de ir trabajando cada vez más con un alto porcentaje de telas reutilizadas simplemente ha sido una experiencia maravillosa, poder acceder a reducir el exceso de contaminación, utilizar lo que empresas de vestuario no le dan otro uso y que yo valoro tanto, porque ha sido lo que nos ha impulsado a comprometernos con el cuidado del planeta y lo hermoso que puede ser transformar telas en accesorios para ustedes.